OPINION: NEIBA te invito a conocerla.


Por Tony Pina.- Arriba, en lo más alto de la cima, se erigen como un atlante de Neiba las montañas de Panzo, el milagro divino, la razón de ser y de existir de estas tierras pobladas de vida y, a la vez, tan cálidas, tan secas...y, sin embargo, tan divinas.
Pero Panzo no sólo es una loma alta, a donde se llega por sinuosos caminos. Panzo es la vida misma del Bahoruco. De su panza brotan sus ríos, que luego se entierran entre lajas y peñascos que se deslizan por cascadas hasta penetrar las aguas el vientre profundo y fértil de la loma; y es entonces, en maravillosa armonía con la naturaleza, que nacen los 'cachones', entre ellos Las Marias y la cascada de Galván que después de atravesar los humedales del valle en sonetos y cánticos de aves que anidan van a parar al Lago Enriquillo, imponente y cristalino.
La sinfonía del guaraguao al caer el sol, o la del temible cernícalo, no puede ser triste, ni siquiera cuando debajo de los montes los polluelos gritan temerosos de ser sus próximas víctimas.
De Panzo sale la suave brisa que se anima en los bohíos; y en sus entrañas se sembró el primer café de Santo Domingo, luego de entrar por el lado occidental de la isla durante la ocupación francesa.
Anacaona debió sentirse como en un remanso en Panzo; Enriquillo, en tan solaz microclima, tal vez por esa razón se hizo un verdadero experto en la guerra de guerrillas.
Semejante paraíso no era para menos.
Qué sería de Neiba, de Galván, de Villa Jaragua, de todo el Sur inclusive si Panzo no existiera? Al menos la agricultura no existiera, y si no hay comida, la vida en Neiba tampoco existiría...
El valle fértil es una fiesta con tan abundante agricultura: plátanos, café, uvas, cebollas, todo lo que consume la demarcación.
Me gusta Neiba. Vale la pena conocerla. (Tony Pina)